Desarrollo y evaluación de acolchados de aplicación líquida (hidroacolchados) en cultivos leñosos en condiciones semiáridas
Abstract
El control de la flora espontánea presente en los cultivos permanentes representa uno de los retos más comunes dentro del sector agrícola, tanto en plantaciones leñosas ya establecidas como en nuevas plantaciones. Para este fin, el uso de herbicidas es una de las prácticas más extendidas, si bien genera diversos e importantes problemas como son la aparición de malezas resistentes, contaminación de sistemas acuáticos por la lixiviación de los mismos o acumulación de estos residuos en los alimentos, pudiendo alcanzar la cadena alimentaria.
Otro método de control de malezas es el uso de acolchados, el cual presenta una serie de beneficios como el aumento de la temperatura del suelo, y por lo tanto mayor precocidad en los cultivos, uso más eficiente de los fertilizantes aportados, reducción de la presencia de ciertas plagas, etc. El material que más se utiliza para este fin es el polietileno (PE), pero su destino después de ser utilizado es un inconveniente con gran impacto medioambiental, ya que pueden terminar en vertederos no controlados, enterrados en el suelo o incinerados en la propia parcela.
Como posible solución a estos problemas, desde los últimos años del siglo XX se están estudiando e incorporando al sector productivo diferentes materiales de distinta naturaleza y características para ser utilizados como acolchado, que ejerzan un efecto similar a los materiales convencionales pero siendo más respetuosos con el medio ambiente, y en general han respondido adecuadamente en relación a los parámetros que definen el efecto herbicida y la producción de los cultivos, fundamentalmente.
La presente investigación aborda diversos aspectos relacionados con el uso de diferentes materiales de acolchado biodegradables aplicados de forma líquida en el terreno con una posterior solidificación (hidroacolchado) y el efecto de las diferentes mezclas, a base de subproductos derivados del medio agrario (cascarilla de arroz, residuos de sustrato postcultivo de champiñón y setas, paja de cebada, madera de pistacho y madera de viña) y yeso como aglomerante, en dos cultivos plurianuales (almendro intensivo ya establecido y olivo de nueva plantación en contenedores de grandes dimensiones) durante tres campañas consecutivas y dos periodos de aplicación en primavera (Periodo 1: 2018-2019; Periodo 2: 2019-2021). El estudio se completa con la inclusión de testigos sin cubierta, con objeto de cuantificar el efecto del hidroacolchado sobre la flora espontánea (testigo sin desherbar) y conocer el efecto intrínseco de los distintos materiales ensayados sobre los parámetros estudiados (testigo desherbado manualmente).
El diseño experimental en el ensayo de Almendro consistió en cinco tratamientos durante el Periodo 1 y seis tratamientos durante el Periodo 2, en ambos casos con tres repeticiones distribuidas al azar. En el ensayo de Olivo, el experimento contó con cinco tratamientos en el Periodo 1 y ocho en el Periodo 2, con un total de 30 y 36 contenedores, respectivamente, distribuidos al azar. En ambos ensayos se realizaron determinaciones relativas a parámetros del suelo y de los hidroacolchados, al control de malezas y parámetros de los cultivos, así como analizar el posible efecto de la cantidad de yeso y la presencia de fibra Kraft en las mezclas sobre los parámetros comentados.
Se ha constatado que la presencia de hidroacolchados, especialmente a base de cascarilla de arroz, mejoran el efecto amortiguador de la temperatura del suelo, además de aumentar la humedad y el flujo de CO2 del mismo. También se ha observado que la temperatura del suelo en el ensayo de contenedores es superior a la registrada en el ensayo de suelo.
En cuanto al comportamiento de los hidroacolchados en campo, se pudo observar que los materiales acusan una continua formación/desaparición de las grietas y que su dureza está muy influenciada por la presencia de humedad. En general, los materiales a base de cascarilla de arroz fueron los menos agrietados, mientras que los formulados a base de paja de cebada y madera de viña presentaron una mayor dureza. El material que presentó menor espesor fue el compuesto por residuos de sustrato postcultivo de champiñón y setas, además de ser el que sufrió una mayor pérdida de superficie.
En relación al control de malezas ejercido por los distintos materiales, todos ellos, en general, presentaron una respuesta aceptable en ambos ensayos, si bien las malezas podrían emerger a través de las grietas en continua formación, y en las zonas donde el material está más humedecido podría aumentar su proliferación.
En base al efecto de los hidroacolchados sobre los parámetros de los cultivos, se ha comprobado que, en términos generales, la presencia de cubierta o la naturaleza de la misma no afecta ni al estado hídrico de la planta cuando se aporta riego localizado no deficitario de alta frecuencia, ni a su crecimiento.
Por otra parte, el aporte de fibra Kraft y una doble cantidad de yeso en las mezclas aumenta la resistencia a la punción y disminuye el número de grietas de los materiales, manteniendo su cobertura prácticamente intacta durante más tiempo y reduciendo el número de malas hierbas que emergen por unidad de superficie.